La lluvia nos acompaña regularmente, pero lo que cae del cielo no nos impide realizar nuestras actividades. Así que, tras una productiva mañana, hablando, y escribiendo en inglés, hemos disfrutado de una soleada (con intermitentes lluvias: aquí el cielo está loco) tarde para seguir conociendo esta encantadora ciudad y sus alrededores.
Imagen del centro de Cork. Oliver Plunket Street.
Hemos estado en el Blackrock Castle, una preciosa construcción del siglo XVI (la más antigua de la ciudad) a orillas del río Lee, que se encuentra a unos 5 kilómetros del centro.
Imágenes de la visita a Blackrock Castle.
Tras la visita, vuelta a pie sobre una camino que aprovecha el antiguo trazado del ferrocarril. La larga caminata mereció la pena (es inimaginable la gama que el color verde ofrece en estas tierras); y, mientras el sol se ponía, volvíamos a estar en la ciudad.
De izquierda a derecha. Antiguo trazado del ferrocarril. Entrada a la ciudad.
Era el momento e ir a cenar a casa, hacer los deberes y recargar las pilas para el día siguiente.